Abstract
La jungla de asfalto. Este nombre que fue acuñado hace tiempo para referirse a las congestionadas, caóticas y ajetreadas urbes es útil para observar las interacciones humanas que allí ocurren. Estas conglomeraciones de monolíticos rascacielos, sistemas de transporte y millones de vidas que confluyen en un mismo sitio, se pueden entender como un ecosistema viviente y con reglas tácitas que no son tan evidentes para los forasteros.
Por otra parte, es la ciudad también campo de nuevas oportunidades y crisol de culturas diversas cada una con sus tradiciones, preferencias y manifestaciones estéticas y artísticas. No es extraño encontrar grandes ciudades con un alto influjo de inmigración que despliega una plétora de conceptos de diseño y de expresión de ideas, que muestra un poco de su cultura adaptándola al entorno urbano para crear algo nuevo y fantástico. La adaptación es tan inherente en nosotros como nuestra capacidad de razonar, y esta transforma la manera como pensamos en nuestras necesidades a medida que el entorno nos propone estos cambios.