Resumen
Durante el 2013 fuimos testigos de un proyecto de restauración arquitectónica y ecológica en el imponente Salto del Tequendama. El proyecto liderado por la Fundación Granja el Porvenir, busca entre otras cosas, revivir la magia que transmitió a lo largo del tiempo este mítico y emblemático lugar, ubicado en el municipio de Soacha, Cundinamarca (Colombia) cerca de San Antonio del Tequendama, a 56km de Bogotá.
La caída del salto tiene aproximadamente unos 2.467 metros de altura (Boussingault, Jean Baptiste Joseph Dieudonné & Koppel de León, Alexander, 2011) y es sin duda una imponente maravilla natural, que no está sola, pues al frente la observa una hermosa casa de cuatro pisos, de arquitectura francesa, construida entre 1923 y 1927, por Orden del Presidente de la época, el General Pedro Nel Ospina. La casa que fue construida inicialmente para convertirse en estación central del ferrocarril de la Sabana.
Que luego funcionó como un ostentoso hotel integrado por habitaciones de primera y segunda clase, después se convirtió en un elegante restaurante y bar, pero lastimosamente, en la década de los ochenta, a causa de la contaminación del río Bogotá, la casa cerró sus puertas y fue abandonada hasta adquirir una mala reputación. En el 2012 la Fundación Granja Ecológica el Porvenir, encabezada por la médica veterinaria María Victoria Blanco, se adueñó de la casa y desde entonces ha iniciado un proceso de restauración arquitectónica, ecológica y cultural que busca convertir la casa, en museo de la biodiversidad de fauna y flora.
Alrededor del salto y la Casa del Tequendama, se instala un denso bosque de niebla, que funciona como un buen receptor de carbono y gran productor de agua y oxígeno; su ecosistema requiere de animales silvestres que se encuentran en peligro de extinción, a causa del tráfico animal, la inadecuada actividad agropecuaria y la minería ilegal. Por fortuna, la Fundación Granja Ecológica el Porvenir se ha comprometido con la conservación y el rescate del ecosistema, devolviéndole al entorno especies nativas, víctimas del tráfico animal. La fundación realiza actividades lúdicas que buscan informar a jóvenes y adultos, sobre el contexto histórico, cultural y ecológico que representa el lugar, con el fin de generar conciencia en las actuales y futuras generaciones para proteger nuestros recursos naturales, y rescatar la memoria ancestral del país.